¡O Carmen! ¡mi Carmen adorada! – con estas palabras de Don José concluye esta obra singular, llena de magia y fuerza.
Hoy en día, es una de las óperas más conocidas y queridas del mundo, aunque no siempre haya sido así. Cuando la obra vió la luz, causó escándalo y Bizet, que murió solo tres meses después del estreno, no pudo disfrutar su éxito.
En
aquella época – 1875 – el público ciertamente no estaba acostumbrado a ver en el rol principal de una ópera una mujer que, además de ser bella y seductora, es valiente, cree en ella misma y ama la libertad por encima de todo.
El personaje de Carmen nos invita a vivir intensamente lo que la vida nos pone delante: amor, fiesta y muerte para conectar con la belleza y el sentido más profundo que hay en el instante presente, más allá de los acontecimientos externos.